Exigencias

Los derechos que exigimos

Demandamos: libertad de elección y letigimidad de precios y de competencia

Todos estos aspectos están profundamente entrelazados. Sin libertad de elección, no hay competencia; y con una disminución de la competencia, viene la ausencia de la libertad de elección.

La libertad de elección de compra

Esta solicitud se corresponde simplemente a la aplicación de la ley: es posible comprar un ordenador sin ser obligado a pagar la parte de un software que no se desea.

No estamos en contra de una preinstalación para facilitar la puesta en marcha de los equipos, siempre que su activación dependa de un acto voluntario posterior a la compra. En este caso, el cliente sólo tendría que iniciar su equipo con un código de activación adquirido por separado.

Conservar el precio del software aún cuando sea vendido por separado

Que exista una separación entre el precio del hardware y el software, lo cual es un requisito sencillo de cumplir: que el precio del software cuando se vende individualmente sea el mismo que cuando viene instalado en un equipo.

Éste es un aspecto importante porque se trata de contrarrestar la posible tentación de los fabricantes o desarrolladores de software a ofrecer un precio injustificable del software sólo en forma de código de activación de las versiones preinstaladas. Con esta tergiversación de la distribución de los gastos de hardware y software, nada habría cambiado. Independientemente de la elección del consumidor (comprar o no el software), el comprador pagaría más o menos lo mismo.

Desde el punto de vista de la competencia, la situación no habría cambiado mucho. En condiciones similares a las de la venta integrada, no hay razón por la cual un fabricante comenzaría a ofrecer el software de compañías que actualmente no ofrece. Esto supone una seria desventaja para las organizaciones cuyo software no viene preinstalado a la hora de competir. Establecer un mercado de software claramente distinto de lo que es el equipo es un requisito previo para una verdadera competencia entre todas las soluciones de software.

Garantizar la compatibilidad de hardware en todos los sistemas

Esto le impediría a los fabricantes de hardware introducir limitaciones en sus productos de manera que sólo puedan funcionar con el software desarrollado por organizaciones con las que exista algún acuerdo.

Actualmente hay ejemplos de falta de voluntad para desarrollar controladores compatibles con Linux, y esto hace que no podamos dejar de estar preocupados por la imparcialidad de los fabricantes. Con una eventual separación estricta de los mercados de software y hardware, cabe esperar que estos mismos fabricantes serán más cuidadosos para garantizar que sus equipos funcionen en la mayoría de los ambientes posibles. Al mismo tiempo, los desarrolladores de software se preocuparán por la normalización de los protocolos que usan para evitar ser marginados.

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